Los
Límites del Perdón. El Girasol
La
historia gira en torno a Simon Wiesenthal, un judío que se
encontraba recluido en un campo de concentración durante el
transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Se veía obligado a realizar
trabajos forzados en las vías de un ferrocarril, hasta que llegado
un cierto día fue tomado y llevado a un instituto tecnológico
(concretamente en el que se formó como arquitecto), ahora un
hospital. Durante el trayecto Simón observó un cementerio Nazi, y
le llamó la atención el hecho de que cada tumba tenía un girasol;
lo cual le hizo pensar que los Nazis siempre estarían por encima de
los judíos incluso en la muerte, haciendo referencia a que el
moriría y sería depositado en una fosa común junto con otros
cientos de compatriotas judíos; sepultado entre la podredumbre, sin
siquiera una triste flor que haga mención a lo que un día fue.
Una
vez en el hospital, Simon fue llevado por una enfermera a una
habitación el la que se encontraba, convaleciente, un soldado Nazi
llamado Karl, el cual se encontraba en pésimas condiciones, al borde
de la muerte.
El
soldado en cuestión le cuenta a Simon todas las fechorías que
cometió durante su servicio, y se encomendó a este como judío que
era, para que lo perdonase en su lecho de muerte por todos sus
pecados en nombre de toda la raza judía; en este momento Simon echó
a correr sin dar respuesta al soldado y volvió al campo de
concentración, donde le relató lo ocurrido a sus compañeros, que
lo apoyaron en la decisión de no perdonarle.
Al
día siguiente volvió al hospital y la enfermera de dijo que Karl
había muerto y le había dejado ciertas pertenencias como herencia,
aunque este las rechazó.
Una
vez terminada la guerra, Simon fue liberado, y pensó en ir a ver a
la madre de Karl para contarle lo ocurrido en el lecho de muerte de
su hijo.
Al
verla esta le contó la historia de su hijo y vio que antes de la
guerra era un buen chico, así que decidió dejar que la mujer
conservara ese buen recuerdo de su hijo.
Simon
acabó con la duda de si debería haberlo perdonado o no.
Albert
Speer
Albert
Speer fue un antiguo soldado Nazi el cual confesó todos sus crímenes
y fue condenado a 20 años en prisión.
Este
alega que nadie está autorizado para perdonar, además muestra
admiración por la actitud de Simon, el cual escuchó todo lo que
Karl tenía que contarle sin reprocharle ni echarle nada en cara;
tampoco le contó a su madre la gran cantidad de fechorías y
crímenes de guerra cometidos por su hijo, permitiéndole conservar
el recuerdo y la buena imagen de su amado hijo. Describe a Simon como
un hombre bondadoso y rebosante de humanidad, el cual pese a todo lo
sufrido, no vive inmerso en el odio, si no que desprende
condescendencia, calidez y tolerancia.
Opinión
Personal
El
libro en sí me ha parecido una lectura amena y recomendable para
cualquier persona, refleja que no todo era blanco o negro y que pese
a haber sufrido semejante genocidio, se puede ser alguien bondadoso y
que irradie respeto y compasión incluso hacia sus ejecutores.
En
cuanto a Speer, se muestra arrepentido y atormentado por las
fechorías que ha cometido, y cree que nadie es quien para perdonar,
afirmación con la cual estoy de acuerdo, es imposible que una
persona hable en nombre de todo un colectivo el cual está siendo
masacrado y exterminado solo para que uno de los ejecutores de
semejante atrocidad pueda morir en paz, por mucho que Simon formara
parte de ese colectivo, no tenía ni voz ni voto para tomar tal
decisión, e hizo bien en abstenerse a responder, dejando ver su lado
más humano.
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